"Perdida" Por Gabriela Mendoza

Parte el alma del cuerpo que descansa.
Hombre que mira,
el alma desgarra.
Una mujer extraña
cuya paz no engaña.
Pero el pez que nadó dentro de tí
hoy se ahogó en el aire que respirabas.
¡Pobre cuerpo que desgarras!
Eras tú que ya no pensabas.
Dentro de tí aun había un alma,
Y cantaba:
Baila… baila… baila…
Entre vueltas hieres,
haces moribunda a tu vida.
Yo ya confundida,
y tu hieres
y desgarras.
Ven aquí, dices.
Pero voz ronca que amaba.
No eras tú,
era tu sombra la que agarraba
aquel arma mortal que lograba
tu pasión desenfrenada.
Lentamente el misterio postergabas,
mientras una lágrima caía lentamente,
por tu mejilla
y luego por tus rayas.
Llenas de sangre…
Lágrimas ajenas a tu cuerpo.