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Un día desconocido

Una vez me llamaron gótica de ternura… ¿adonde fueron esos días? No sabes quien soy y mi exterior lo calla dulcemente abrazado por una luz de niña que mira el horizonte. Escribo sin razón por una razón entre miles y desconocida, quisiera vocear mi interior… quizás pintarlo en todo el cielo y así quizás, las estrellas de la noche brillarían aún más. Viviré de los recuerdos y en los sueños del amor. Yo no soy yo, yo soy otra, esa otra que es yo. Ando sin saberlo. Palabras de otros que esculpen mi vida… viviendo los segundos ya perdidos.

No logro concentrarme, el ruido de mis voces interiores hacen que mis oídos crujan y casi lloren. Explosivo mar adentro, encarcelados en la celda, prisión de los sueños con burbujas inmóviles que aun no detienen el tiempo. Impedimento siento en la palabra, pues no me dejan salir y yo no encuentro la miel buena que endulce la llave extraviada que libere a mi alma.

Mi corazón mutilado, pobre de él que no tiene cordura y se pierde en palabras fúnebres y precisas del momento.

Varios años siendo “yo.” ¡Qué locura! Vida perdida, décadas en extinción por las siluetas de las cosas imprevistas. No quiero escribir más y ahora soy yo. Quiero cesar. Pegarle un remiendo a mi alma.

No me conocen,
Yo