Abandonemos el puerto

“El barco está más seguro cuando está en el puerto, pero no es para eso que se construyeron los barcos.” Paulo Cohelo
Y si me dicen que no...Y si no me sale bien...Y si me toca algo peor...

¡Cuántas causas nos hacen dejar nuestro barco en el muelle!...

La falta de fe en nosotros mismos... el miedo a perder lo que tenemos...

El temor a emprender nuevos caminos... la posibilidad del fracaso o del triunfo... la incapacidad de tomar decisiones... o simplemente la idea de abandonar nuestra zona de comodidad.

Todos los cambios, por simples que sean, nos producen tensión. Es por eso que muchas veces nos resistimos a nuevas ideas, y nos estancamos en la mediocridad.

Tomar decisiones es uno de los retos más difíciles de nuestro diario vivir, sobre todo porque cada decisión representa un riesgo, que significa que el resultado puede salir bien, o salir mal.

Así, muchísimas veces dejamos pasar las magníficas oportunidades que la vida nos brinda, no sólo por miedo a tirar nuestro barco al mar, sino porque nos aferramos al puerto como nuestro único punto de apoyo.

Pero, ¡qué lindo es viajar!...!Y qué interesante es, no sólo pensar en donde vamos a llegar, sino disfrutar el camino a plenitud!

Permitámonos soñar... Se vale intentar...Debemos luchar... Podemos llegar...

Hagamos el cambio, y si no nos sale bien, tratemos de nuevo.

No nos conformemos con mirar el mar desde la orilla, atrevámonos a zarpar.Viajemos sí, pero siempre tomando en cuenta que hay puntos no negociables, como la vida humana, la dignidad, la integridad y la sobriedad.

Soñemos... intentemos...luchemos...viajemos...Abandonemos el puerto.