Así pienso cuando me preocupan cosas. Cuando los días se tornan grises, no por la tonalidad del cielo, sino por la bruma de mis ojos. Siento en mi interior una gran seguridad de que todas las cosas vienen a bien para los que aman a Dios, y que por ende, los obstáculos nos fortalecen y nos empujan a esforzarnos más para obtener la victoria que Dios nos tiene reservada.
La exhortación a visualizar las maravillas que Dios nos tiene tras los obstáculos, las derrotas, las caídas, las desilusiones, los embates de una vida que trae consigo traiciones, disgustos, esfuerzos vanos contra la corriente adversa se trata más bien de darnos cuenta que Dios nos da paz y esperanza en medio de las calamidades. Decía un gran amigo, el suicidio es una solución definitiva para un problema transitorio. A ver si le damos espacio a observar esta frase con detenimiento.
Los problemas pasan, las traiciones se olvidan, los desamores se sustituyen por grandes y verdaderos amores, las desilusiones se esfuman y le damos paso a ilusiones maravillosas, éxitos enfundados en sonrisas y abrazos, lágrimas que el viento se lleva para dar paso a euforias y buenos momentos.
Las tormentas de la vida pasan y en lugar de ellas se enseñorean las buenas fortunas, los reconocimientos, las grandes victorias, los aplausos, las luces. Solo debemos seguir trabajando, seguir luchando por los ideales, si fracasó el negocio, emprende otro.
Si ese alguien que le diste todo te olvidó, hay un sin fin de seres humanos que darían la vida para estar a tu lado. Solo debes ver a tu alrededor, no llores, ilumina tu semblante, sonríe, y verás que hay alguien a tu vera que desea conocerte.
Dale el chance, ese alguien quizás te de el amor que te mereces. Si las cosas no suceden como te esperabas, es que a lo mejor, eso que esperabas, no es lo mejor para ti. Hay más. Espera, lo mejor está por llegar.
No perdamos de vista lo que está por venir. Cerremos los ojos al presente si la bruma lo está empañando, por el contrario, agarremos los binoculares de Dios, y acechemos lo que está por comenzar. Viene lo mejor, solo debemos de saber enfocarnos, y colocar los ojos del alma en las bienaventuranzas que se avecinan.
Tuesday, September 29, 2009
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